«Las clases de espalda sana de Marta son muy amenas y relajantes. Pero además, me han ayudado mucho; he dejado de tener dolores de espalda, ha mejorado mi musculatura abdominal y del suelo pélvico, mi flexibilidad y mi equilibrio. ¡Las recomiendo!».
«Tengo una hernia discal en la L5-S1 con dolor en la pierna derecha desde hace más de un año. Desde que voy a clase de espalda sana con Marta he notado en poco tiempo bastante mejoría y menos dolor. He aprendido a sentir qué postura es la correcta a la hora de hacer ejercicios e incluso he dejado de tomar tanta medicación. Estoy súper contenta ya que noto muy buenos resultados y además Marta es un encanto, al ser fisioterapeuta me aclara mis dudas y tiene en cuenta nuestras dolencias a la hora de hacer los ejercicios. En definitiva: ¡recomiendo mucho las clases de Marta de espalda sana ya que me han ayudado a tener menos dolor y a encontrarme mejor!.»
«Cuando empecé a ir a clase de espalda sana, a veces, me costaba hacer los ejercicios, por falta de actividad en mi vida. Demasiado sofá. Con el paso del tiempo, voy viendo cómo mi cuerpo va evolucionando, cada vez me noto más fuerte, y me siento muy bien. Antes de ir a clases de espalda sana tenía que ir a sesiones de fisio por contracturas varias en espalda, cervicales, unas dos veces al mes. Desde que voy a clase, no he vuelto a un fisio, no me contracturo, es increíble. Y cuando termina la clase me siento una persona nueva, estoy como más suelta, no me siento comprimida, es como si me hubiera expandido, no sé cómo explicarlo, es una sensación extraordinaria. Confío mucho en la profesora, es fisioterapeuta, y eso me da mucha tranquilidad. También me gusta que cuando haces algún ejercicio, si ve que no lo estás haciendo bien, te corrige la postura, y la clase me pasa volando, es muy amena y entretenida. Siento que me estoy cuidando, es tiempo que me dedico a mí, no pienso en otra cosa cuando estoy ahí, no sólo lo agradece mi espalda, mi salud mental también. Yo se lo recomiendo a mis compañeros y amigos, sólo cuesta empezar, luego te enganchas, y lo digo yo, que me considero bastante perezosa.»
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