En 2014, tras finalizar la carrera de Fisioterapia en Barcelona, decidí desplazarme a una zona más tranquila porque sentía que en la ciudad la vida tenía un ritmo demasiado frenético.
A lo largo de mi experiencia profesional, me di cuenta de que muchos pacientes no conseguían deshacerse de su dolor o lesión. Volvían una y otra vez a la consulta, asumiendo que no había nada que hacer, que una visita al mes al fisio era lo mejor para mantener sus músculos relajados durante un tiempo.
Empecé a ver la importancia de que entendieran que era necesario buscar resultados a largo plazo, que no todo estaba perdido y que ¡se tenía que iniciar un proceso diferente!!.
Sentía la necesidad de transmitir que todos debemos aprender más acerca de nuestro cuerpo para conocerlo y así, evitar lesiones.
En ese momento y sin saberlo, empecé a orientar inconscientemente y poco a poco, mi manera de trabajar.